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Foto del escritorRosa Almirall

Dolor pélvico crónico con testosterona ¡Un tema complejo!

El uso de testosterona en personas trans* que desean modificar su imagen, tiene muchos efectos beneficiosos. Como ya hemos señalado en otro post la testosterona tiene pocos efectos adversos a corto plazo. Sin embargo hay un conocimiento escaso de sus efectos a medio o largo plazo. En un pequeño porcentaje de personas trans* aparece dolor pélvico crónico con el uso de la testosterona.


Suelen ser similares a los dolores que se sienten antes o durante la menstruación. Al principio pueden aparecer esporádicamente, son de poca intensidad y duración. Con el tiempo puede ir aumentando en todos estos aspectos. Suele ser necesario el uso de calmantes, porque disminuyen la calidad de vida. A ello se suma una cierta angustia por el desconocimiento de cuál es su causa. El dolor no suele tener relación temporal con la administración de la testosterona.

En algunos casos se añade, además, un dolor pélvico intenso, tipo contracciones, durante la actividad sexual en las fases de excitación intensa o durante el orgasmo, que suele disminuir tras algunas horas.

Kasa Trans* quiere informarte sobre lo que sabemos respecto al dolor pélvico crónico con testosterona: sus posibles causas y soluciones.

Se define como dolor pélvico crónico, el dolor que aparece en el abdomen por debajo del ombligo durante más de 6 meses. Esta condición es muy frecuente en la población. Lo sufren del 6 al 25% de las personas asignadas mujer y del 2 al 17% en las asignadas hombre.

Hay algunas causas orgánicas (digestivas, ginecológicas, osteomusculares, neurológicas). Pero muchas veces no se encuentra la causa. En estos casos probablemente intervengan algunos factores biológicos, psicológicos y emocionales.

No hay estudios clínicos que establezcan el origen del dolor pélvico crónico en personas trans* que utilizan la testosterona.

Estudio del origen del dolor pélvico crónico con testosterona

Se deberá realizar el mismo abordaje que se utiliza habitualmente para esta condición. Mediante el historial clínico, una exploración física y pruebas complementarias deberá asegurarse que no hay una causa orgánica. Las más frecuentes son:

  • Causas digestivas: El historial clínico (presencia de diarreas o estreñimiento, hinchazón abdominal, dolor de estómago, náuseas, vómitos, etc) nos pueden orientar hacía disfunciones del sistema digestivo. Si hay síntomas orientadores hacía esta causa, deberán hacerse las pruebas que correspondan.

  • Causas osteomusculares: Algunas patologías de la columna vertebral, especialmente de la zona lumbar, pueden dar dolores reflejos a nivel de la zona baja del abdomen. Si el dolor aumenta con el movimiento, con el ejercicio o con los esfuerzos nos puede orientar hacía la causa. Las contracturas musculares a nivel de zona lumbar o en los músculos abdominales también puede ser el origen de este dolor.

  • Causas ginecológicas: En personas trans* con testosterona, es poco probable que alguna patología ginecológica sea la causa de este dolor pélvico. Al estar el ovario en reposo, bajo el efecto de la testosterona, disminuye mucho la probabilidad de patología benigna del útero y del ovario e incluso disminuye, probablemente, la patología maligna del ovario y el endometrio. A pesar de ello si se descartan otras causas orgánicas, será aconsejable hacer una ecografía de estos órganos.


Posible origen del dolor pélvico crónico con testosterona, si no se halla una patología orgánica

  • Causas emocionales. La ansiedad o el malestar emocional se refleja siempre en el cuerpo. Por ello, reflexionar sobre nuestra situación emocional y cuidarla si está un poco alterda puede ayudarnos a minimizar el dolor.

  • Otras posibles causas relacionadas con el uso del a testosterona. Tengo alguna experiencia como ginecóloga tratando a personas trans* que utilizan testosterona y tienen dolor pélvico crónico. En ningún caso se ha encontrado ninguna patología ginecológica ni en la exploración ni en la ecografía. Sin embargo me planteo algunas hipótesis sobre su origen, en relación con el uso de testosterona.

    • Cambios en el útero. El nutriente principal del útero son los estrógenos. El uso de testosterona cambia la vascularización del útero y probablemente su estructura. El útero es un músculo que siempre se contrae en mayor o menor medida. Parte del dolor que aparece en algunas personas durante la menstruación tiene relación con estas contracciones. La testosterona aumenta la síntesis de proteínas en los músculos y por ello es probable que cambie la estructura de este músculo y su capacidad contráctil. Quizás este cambio puede ser la causa de estos dolores.

    • Cambios en los músculos del suelo pélvico. En el suelo pélvico hay muchos músculos, que actúan como sostén del útero, la vagina, la vejiga y el recto. El cambio que la testosterona produce en estos músculos podría estar en el origen del dolor pélvico crónico. Se ha descrito una condición, llamada dolor pélvico miofascial, como causa del dolor pélvico crónico en personas cis. Puede ser útil una valoración especializada, para saber si puede ser inducido por el uso de la testosterona.


Quitarse el útero y los ovarios cuando hay dolor pélvico crónico con testosterona

Si tienes dolor pélvico crónico, quizás te plantees quitarte el útero y los ovarios. No hay ninguna seguridad de que esta intervención los mejore. Esta intervención causa dolor pélvico crónico en un pequeño procentaje de personas que se la hacen.

Hay un relato en las redes sociales que alerta sobre la presencia de este tipo de dolor. Recomienda una valoración por profesionales de la salud. Sin embargo, ha condicionado que personas trans* que utilizan la testosterona y tienen dolor pélvico crónico decidan quitarse el útero y los ovarios. Como ginecóloga, muchas de las interpretaciones que da en su relato, no las reconozco como la causa que le condicionó un ingreso y una intervención urgente. Aunque necesitaría más datos para poder asegurarlo.

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Si aparece dolor pélvico crónico con el uso de la testosterona, no siempre está relacionado con ella. Acude a profesionales del a salud para descartar una patología orgánica.

Una vez descartadas las causas orgánicas reflexiona sobre tu situación emocional. Si piensas que ésta puede contribuir a que tu cuerpo se queje con dolor, intenta cuidarla. Busca estrategias para sobrellevar la situación e intenta cuidar la alimentación, las horas de sueño, el consumo de tabaco y otros tóxicos. Quizás logres minimizar el dolor.

Si ninguna de las anteriores causas explica el porqué de tu dolor, quizás pueda mejorar reduciendo las dosis de testosterona. Si no mejora con el cambio de dosis, la recomendación sería que acudieras a profesionales que puedan valorar si tienes el síndrome miofascial.


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