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Cuerpos e identidades trans* ¡La revolución pendiente!

Toda la sociedad tiene una revolución pendiente. Tenemos que reflexionar seriamente sobre los conceptos prefijados que tenemos sobre todos los cuerpos. Y en especial sobre nuestra mirada hacía los cuerpos e identidades trans*.

En un mundo utópico, pero que algún día desearía que fuera real, las personas deberían tener derecho a disfrutar de sus cuerpos. A considerar todas sus zonas, capacidades, habilidades y limitaciones y que ninguna de ellas cuestionara su identidad. De hecho, hasta donde sabemos, no está en ninguna parte del cuerpo.


En este mundo sabríamos que ni la presencia de vulva, vagina, clítoris, pene, testículos, útero, ovarios, menstruación, mamas, pelo corporal, barba, bigote, calvicie, timbre de voz, etc definen la identidad. Cualquiera de estas características y cualquier mezcla de ellas pueden pertenecer a personas con identidades muy diversas.

En este mundo, quizás, no sería necesario modificar ningún cuerpo para poder vivir libremente la identidad. Pero estamos bastante lejos de un mundo similar. Nuestro mundo actual sólo reconoce dos tipos de cuerpo con características sexuales totalmente distintas. Además se adscriben indefectiblemente a dos géneros únicos.

Las personas con identidades trans* podrían ser las pioneras de este mundo nuevo. Nadie puede exigirles heroicidades, pero no debemos dejar de soñar y contribuir a este mundo utópico.

Kasa Trans* quiere explicarte que situaciones viven muchas personas trans* por no existir este mundo utópico

  • Espacios que suelen resultar bastante incómodos para la mayor parte de personas trans*. Esto sucede porque son espacios donde el cuerpo es más visible como la playa, las piscinas, las consultas médicas, etc. O son espacios segregados y ocupados por cuerpos normativos respecto al género, como los vestuarios o los lavabos, dormitorios, etc.

  • Miradas que pueden ser de extrañeza, de curiosidad o las menos, de reconocimiento. Pero también puede haberlas de desagrado, de desprecio, de odio, de repugnancia o incluso miradas agresivas. Esto puede suceder en cualquier momento y en cualquier lugar. La mirada que te juzga, te cuestiona o incluso te invalida.

  • Palabras que acompañan, pero hay palabras que niegan, al no usar los nombres, pronombres, adjetivos, títulos personales, etc, adecuados a la identidad.

  • Expresiones que duelen por despreciativas o soeces.

  • Preguntas que aunque quizás sólo quieren saber más, pueden cuestionar el propio sentimiento identitario. Pueden invadir territorios personales muy íntimo. Revelan el cortocircuito que les produce a muchas personas con género normativo, encontrarse con personas diversas.

  • Actitudes de rechazo, de desprecio, de burla, de odio, de confrontación, de cuestionamiento y de ridiculización. Puede haberlas violentas, ofensivas, vejatorias, degradantes, humillantes, insultantes, etc.

  • Acercamientos físicos que no respetan el espacio personal. Simplemente por ello son agresiones, desde las más leves hasta las más graves.

  • Aproximaciones sexuales que se evitan/rechazan por miedo a lo desconocido. O que se buscan desde el morbo para satisfacer los propios deseos. No tienen en consideración los sentimientos y deseos de la otra persona.

Qué consecuencias tienen para las personas trans* estas situaciones

Según el U.S. Transgender Survey que recoge las experiencias de más de 28000 personas trans*, el 63% de ellas han sufrido acoso, discriminación o violencias psicológicas, físicas o sexuales. Estos actos tuvieron lugar en todos los ámbitos. En el educativo por parte de iguales y/o del profesorado. En el ámbito laboral por parte de iguales y/o superiores. En espacios de uso público. En el ámbito judicial o policial y también en los servicios de salud.

No es de extrañar que ante tanta hostilidad, y para protegerse de estas violencias, los cuerpos e identidades trans* entren en conflicto y decidan modificar sus cuerpos. Quieren conseguir el “passing” (pasar desapercibidas), que es una manera de volver a esconder quienes son. Vuelven a esconderse, como escondieron, a veces durante muchos años, lo que sentían respecto a su identidad, negándose a sí mismas de nuevo.

Kasa Trans* te recomienda

Si deseamos realmente acercarnos a un mundo utópico que respete todas las identidades es esencial que:

Las personas cis* logremos cambiar los espacios, miradas, palabras, expresiones, preguntas, actitudes y acercamientos físicos y sexuales hacía las personas trans*.

Algunas personas trans* se permitan mostrarse como quiénes son y cómo son en su amplia diversidad de identidades y de cuerpos. Que actúen como referentes de otros sitios posibles dónde habitar el cuerpo: Hombres con mamas, menstruación, embarazos, etc. Mujeres con pene, calvicie, voz gruesa, etc.

Todas las personas, poco a poco, cambiemos las normas rigidísimas de la expresión del género, que no permiten en realidad ser libres a nadie, donde el maquillaje, el uso de faldas, pintarse las uñas, los gestos, la ocupación del espacio privado y público, las emociones, etc dejen de pertenecer a un único género y puedan ser la expresión de la libre decisión personal del uso de cualquiera de ellas.

Ninguna parte del cuerpo define la identidad. Necesitamos una sociedad que viva con orgullo todos los cuerpos, para que las personas trans* pueden vivir con orgullo los suyos

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